Solo uno entiende las prioridades que tiene
Sarah comenzó a sentir una creciente preocupación en su corazón. Un extraño presentimiento la invadió y no pudo sacárselo de la cabeza. Su novio, Mike, trabajaba como encargado de una funeraria, y últimamente había estado ausente y distante.
Sarah decidió confrontar a Mike y poner todas sus cartas sobre la mesa. Quería saber la verdad y acabar con la angustia que la consumía. Esa misma noche, mientras cenaban juntos, Sarah se armó de valor y dijo: “Mike, necesito hablar contigo. Siento que hay algo que no me estás contando. ¿Hay algo que debamos discutir?”
Mike, sorprendido por la seriedad en la voz de Sarah, se acomodó en su silla y tomó un sorbo de su vaso de agua antes de responder. “Sarah, te prometo que no te estoy engañando. Pero hay algo que quiero que entiendas: mi trabajo como encargado de una funeraria es realmente exigente y me ocupa la mayor parte del tiempo y energía mental”.
Sarah frunció el ceño, confundida por la respuesta de Mike. “¿A qué te refieres? ¿Cómo puede un trabajo en una funeraria ser tan demandante?”, preguntó con curiosidad.
Mike suspiró y comenzó a explicar. “Imagínate, Sarah, mi mente está constantemente llena de preocupaciones sobre los detalles y logística de los funerales. Debo asegurarme de que todo esté en orden, desde los arreglos florales hasta los servicios de catering. Además, tengo que estar disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para atender emergencias y garantizar que las familias reciban el apoyo que necesitan en esos momentos difíciles”.
Sarah empezó a entender la perspectiva de Mike. “Entonces, ¿te preocupas tanto por tu trabajo que no tienes tiempo para mí?”
Mike tomó la mano de Sarah y la miró con ternura. “No, Sarah, no es eso. Me preocupan las personas y quiero asegurarme de que tengan la mejor despedida posible. Pero admito que a veces me abruma y me cuesta encontrar el equilibrio entre mi vida profesional y personal”.
Sarah sintió cómo la angustia se disipaba gradualmente. Comenzó a ver las cosas desde el punto de vista de Mike y a comprender la carga emocional y mental que su trabajo conllevaba. “Lo siento, Mike. No me había dado cuenta de lo desafiante que puede ser tu trabajo. Me preocupo por ti y quiero apoyarte en todo lo que necesites”.
Mike sonrió, aliviado por la comprensión de Sarah. “Gracias, Sarah. Significa mucho para mí que me entiendas. Prometo que trabajaré en encontrar un mejor equilibrio entre mi trabajo y nuestra relación”.
A partir de ese momento, Sarah y Mike comenzaron a comunicarse de manera más abierta y honesta. Juntos, encontraron soluciones para que Mike pudiera dedicar tiempo de calidad a su relación sin descuidar sus responsabilidades laborales. Descubrieron que compartir actividades relajantes, como pasear por el parque o disfrutar de una película divertida, les ayudaba a desconectar del estrés cotidiano.