No puedo…soy funerario

Por AdminMemes Dic 6, 2022
No puedo…soy funerario

En una pequeña ciudad llamada Villa Silenciosa, las festividades navideñas solían llenar las calles con luces brillantes, canciones alegres y espíritu festivo. Sin embargo, había un grupo de personas que no podía permitirse tomarse un descanso en esta época del año: los trabajadores de las funerarias.

La funeraria “Descanso Eterno” era el lugar más ocupado en Navidad. A medida que todos se preparaban para disfrutar de la cena en familia y abrir regalos, los encargados de la funeraria se encontraban enfrascados en su ajetreada rutina. Ellos sabían que la muerte no se tomaba vacaciones, y su deber era estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Don Roberto, el dueño de “Descanso Eterno”, se encontraba en su oficina rodeado de montones de documentos y planificando cada detalle de los servicios funerarios que se llevarían a cabo durante las fiestas. Aunque su intención era mantener un ambiente solemne y respetuoso, no podía evitar tener un humor negro que a veces afloraba en momentos inapropiados.

Una noche, mientras Don Roberto estaba trabajando hasta altas horas de la madrugada, escuchó un ruido extraño proveniente del sótano. Al bajar para investigar, se encontró con sus empleados intentando armar un árbol de Navidad hecho con ataúdes vacíos. Aunque el intento era macabro, no pudo evitar soltar una carcajada y decirles: “¡Chicos, si siguen así, pronto tendremos el árbol más ‘enterrador’ de toda la ciudad!”.

Mientras tanto, en la sala de preparación de cuerpos, los empleados bromeaban entre ellos mientras embalsamaban a los difuntos. Uno de ellos, Pedro, se acercó a su colega Juan y le susurró al oído: “¿Sabes qué es lo peor de trabajar en Navidad? Que nunca puedes esperar un aumento salarial, ¡ya que todos nuestros clientes están ‘en la otra vida’!”. Ambos soltaron una risa nerviosa y continuaron con su trabajo.

En Nochebuena, mientras el resto de la ciudad estaba inmersa en celebraciones y alegría, la funeraria “Descanso Eterno” estaba llena de familias afligidas, organizando servicios funerarios para sus seres queridos. Las lágrimas y los suspiros resonaban en cada rincón, pero los empleados trataban de ofrecer consuelo y apoyo a través de su peculiar sentido del humor.

En medio de todo el caos, Don Roberto se paseaba por los pasillos, tratando de mantener el ánimo en alto. Se acercó a una mujer que estaba llorando desconsoladamente y le dijo con una sonrisa: “Señora, entiendo que esté triste, pero recuerde que el cielo ganó un ángel más esta Navidad, y su ser querido ahora puede disfrutar de una cena celestial”.

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