Nada mejor que un negocio familiar

Por AdminMemes Nov 10, 2022
Nada mejor que un negocio familiar

Un encargado de funeraria llamado Don Ernesto, conocido por su seriedad y profesionalismo en el trato con los difuntos. Don Ernesto se enorgullecía de su negocio familiar y tenía grandes expectativas de que su hijo, Juanito, seguiría sus pasos.

Sin embargo, Juanito era todo lo contrario a su padre. Tenía un sentido del humor desbordante y era conocido en el pueblo por sus bromas y travesuras. Mientras su padre soñaba con que Juanito se convirtiera en un heredero responsable del negocio, el joven solo quería escapar de la solemnidad y encontrar la manera de hacer reír a las personas.

Un día, Don Ernesto tuvo que ausentarse por un asunto urgente y dejó a Juanito a cargo de la funeraria. Era la oportunidad perfecta para demostrarle a su padre que también podía ser serio y responsable. Sin embargo, Juanito tenía otras ideas en mente.

En lugar de llevar el negocio con seriedad, Juanito decidió añadir su propio toque de humor a las operaciones diarias. Cuando llegó el primer cliente para organizar un funeral, Juanito lo recibió con una sonrisa y le preguntó si le gustaría un paquete especial “Risas en el Más Allá”, que incluía una sesión de comedia en vivo durante el velorio. El cliente, sorprendido pero intrigado, aceptó.

Juanito se puso manos a la obra y comenzó a preparar el lugar. Colocó carteles de “Prohibido llorar” y “Solo risas permitidas” por todas partes. Contrató a algunos cómicos locales y transformó la sala de velación en un escenario de comedia completo con micrófono y luces brillantes.

Cuando llegó el momento del velorio, en lugar de la música triste y los discursos emotivos habituales, se escuchaban risas y aplausos. Los cómicos se subían al escenario improvisado y contaban chistes sobre la vida y la muerte, sacando carcajadas de los asistentes.

Al principio, algunos de los dolientes estaban confundidos y no sabían si reír o llorar, pero poco a poco se dejaron llevar por la atmósfera alegre y empezaron a compartir anécdotas divertidas sobre el difunto. Lo que debería haber sido un funeral triste y solemne se convirtió en una celebración de la vida, donde todos se despedían con sonrisas en sus rostros.

Cuando Don Ernesto regresó y se enteró de lo ocurrido, estaba furioso. No podía creer que su hijo hubiera convertido un funeral en un espectáculo cómico. Sin embargo, a medida que escuchaba las historias de los asistentes y veía la alegría en sus rostros, su enojo se transformó en asombro.

Don Ernesto comprendió que, a pesar de su resistencia inicial, el enfoque humorístico de Juanito había logrado algo especial. Había hecho que las personas se sintieran más cerca del difunto, recordando las risas compartidas y las vivencias divertidas. En ese momento, Don Ernesto supo que su hijo tenía un talento único y una visión fresca para el negocio.

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