Cómo haces para hacer tres noches de turno?
Una buena noche para morir Óscar, quien tenía un trabajo bastante peculiar: era empleado de una funeraria y trabajaba exclusivamente durante la noche. Aunque era conocido por su personalidad amigable y su sentido del humor, había un aspecto de su vida que no pasaba desapercibido: su apariencia.
Óscar tenía el rostro un tanto desaliñado y, por alguna extraña razón, parecía haberse convertido en el imán de todos los accidentes cosméticos. Su cabello rebelde se resistía a ser peinado, tenía ojeras pronunciadas y su piel era pálida como la luna. No obstante, esto no lo afectaba en lo más mínimo.
Un día, Óscar se encontraba compartiendo anécdotas con sus amigos en un bar. Uno de ellos, asombrado por su apariencia, le preguntó cómo lograba esconder que trabajaba de noche en las funerarias. Óscar, con una sonrisa en el rostro, respondió: “¡Es simple! Me he acostumbrado tanto a mi aspecto desaliñado que ya no hay diferencia entre trabajar de noche o de día”.
Sus amigos, confundidos, le pidieron que explicara mejor. Óscar, entre risas, comenzó a contarles algunas situaciones graciosas que había vivido debido a su apariencia peculiar.
“Una vez, mientras esperaba el autobús por la mañana, un par de ancianas se acercaron y me pidieron ayuda para cruzar la calle. Supongo que mi aspecto desaliñado les hizo pensar que necesitaba más ayuda que ellas”, dijo Óscar riendo.
“Otra vez, entré a una tienda de ropa y el vendedor se acercó a mí con una mirada preocupada. Me preguntó si necesitaba ayuda para encontrar los productos para el cuidado personal. Le dije que estaba buscando ropa de estilo ‘desaliñado-chic’, ¡y ambos estallamos en risas!”, agregó Óscar.
Sus amigos no podían creer lo bien que Óscar manejaba su apariencia. Pensaron que tal vez se había vuelto inmune a los juicios o que simplemente tenía un gran sentido del humor. Pero Óscar les explicó que, en realidad, su trabajo en la funeraria lo había enseñado a valorar otras cosas más importantes que la apariencia física.
“Cuando estás rodeado de la muerte, te das cuenta de que la belleza externa no es tan relevante como la belleza interior”, explicó Óscar. “He aprendido a disfrutar de la vida, a reírme de mí mismo y a valorar las cosas importantes, como la amistad y el amor”.
Sus amigos se sintieron inspirados por su perspectiva y comenzaron a ver a Óscar de una manera diferente. Ya no se enfocaban en su aspecto desaliñado, sino en su personalidad vibrante y en su capacidad para encontrar la felicidad en medio de las circunstancias más extrañas.